Creación inteligente o evolución de Darwin

Hace algunos días atrás, veía un documental en la televisión que hablaba sobre lo que se le conoce como “Diseño inteligente”. En este programa, se discutía sobre cómo era que nuestro planeta, su contenido y el universo entero fueron creados por algún ser inteligente, pues, no cabía duda que la vida de todos los seres ya sean estos vivientes o no, eran muy complejos como para haber sido simplemente una mutación o evolución de un ser a otro, según el lugar en donde se encuentren en lo que se conoce como el “Darwinismo”.

Cuando se habla de Darwinismo, se sabe que es la hipótesis sobre la existencia evolutiva y aun siendo solamente una simple hipótesis, los científicos alrededor del mundo la toman como un hecho real.  

Esto por supuesto nos aparta de todo aquello que como humanidad hemos vivido por toda la existencia. Por milenios, hemos dependido de ese ser sobre natural que nos ha guiado en medio de todo aquello que no podíamos comprender. El hombre siempre por su curiosidad natural empezó oso polara descubrir desde los principios de los tiempos, todo lo que había a su alrededor y cuando no comprendía algo o en términos científicos, no encontraban una respuesta lógica entonces se le acreditaba a una deidad, sea este el dios del sol o de la luna.

Esos eran los tiempos simples del hombre. No había que preocuparse por lo que no se podía entender. Todo dependía de ese ser al que se le debía devoción y sacrificios para apaciguar su terror sobre la tierra. Pero al transcurso de los tiempos, el hombre al hacerse más “civilizado”, dispuso de más tiempo para descubrir que la luna no era de queso y entonces se preguntó del por qué no lo era y fue en aquel momento que la vida del hombre se complico.

Siempre buscamos un del por qué de la vida y buscamos tanto que en la misma búsqueda nos quedamos más perdidos que cuando empezamos.

¿Por qué no regresamos a nuestros tiempos en los que la vida era simple? ¿Por qué hoy día no queremos depender de Dios y nos dejamos conducir por lo que el mundo con su taparrabos y la ciencia nos indican, separándonos de la verdadera existencia de ese Ser Superior?

Es que desde el siglo V y el VI se empieza una gran revolución en Europa en la que el hombre empieza a retar a la Iglesia sobre la procedencia del universo. Ella (la ciencia) descubría que el sol no giraba alrededor de la tierra y que la misma tierra no era el centro del universo. Qué aberración tan grande. ¿Cómo es que se atrevía la ciencia a decir que eso era una realidad y no lo que nos habían venido diciendo nuestros abuelos y sobre todo la Iglesia?

Luego a mediados de los 1800, vino un hombre llamado Charles Darwin a decirnos que se fue de viaje por unas islas en el sur de América llamadas Galapos y que en ellas descubrió que realmente la vida en los seres, todos los seres están sometidas a un proceso de cambio en el que van evolucionando de acuerdo al medio ambiente que les rodea. ¡Qué idea tan fenomenal! Eso significaba que al fin el hombre tomaba control de la creación. Que Dios no creo inteligentemente el universo y mucho menos la tierra con todas sus criaturas; que realmente el universo fue creado por una gran explosión a la que llamarón: “el big bang” y que por billones de años esa explosión se expandido a través del vasto espacio del que nadie sabe con certitud cómo es que estaba ahí y fue entonces que el universo fue evolucionando y por lo tanto se empezó a descartar la idea de que un ser superior lo hubiese creado.

Hoy día nos han quitado a ese ser superior en las escuelas y en los centros de gobiernos es un “pecado” hablar de la existencia de Dios. Escuchaba el otro día sobre la nueva moneda de un dólar americano, a la que le quitaron “En Dios confiamos” pues Dios no “existe” en medio de una sociedad que se pierde en su propio excremento. Se han llegado hasta las cortes superiores casos en los que los “grandes científicos” pelean por quitar de nuestras mentes y sobre todo de nuestros corazones lo que ellos llaman una pérdida de tiempo el buscar de Dios cuando a él no lo podemos ver, en cambio nos dicen, la ciencia es algo palpable, a la que podemos agregar o quitar de acuerdo a lo que se va descubriendo en ella.

Es que para la ciencia su santo es: Santo Tomás pues “hasta no ver no creer”, mientras que para el resto de los creyentes es al revés: “Creer sin ver, para obtener” y se busca las maneras de “descubrir” el momento exacto en el que la vida empezó sin creer que alguien lo haya creado.

Los antropólogos buscan ese “eslabón” que les confirme que el hombre se “desenrolló” del mono y que nuestra vida humana, empezó arriba de los árboles. Pero por más que busquen, nunca, lean bien, NUNCA encontrarán lo que no existe.

Si bien es cierto que el hombre ha ido evolucionando con el tiempo, de acuerdo a sus capacidades y su medio ambiente, también es cierto que al ser él mismo, creado por Dios, nunca fue ideal de Dios crearnos sin cabidas de pensamiento propio, dándole la capacidad al hombre de descubrir por él mismo sus dones y carismas con los que afrontaría sus diarias realidades y sin quitar su intelecto racional desde que fue puesto sobre la tierra, por ende su transformación de seres primitivos a seres que sus propias experiencias los llenaron de muchas aptitudes para sobre vivir.

Es triste pensar que esa misma capacidad de pensar por sí mismo, ha llevado al hombre a alejarse de Dios, a quitarle el crédito a ese Ser que con su gran poder y majestad se tomó el tiempo e inteligentemente creo el universo, la tierra y todo lo que existe sobre ella y aunque dentro de todo el universo existen otras galaxias y quien quita exista vida en alguno de sus planetas, debemos de reconocer que las condiciones que tenemos aquí en la tierra son únicas para soportar vida como la conocemos y que no fue pura casualidad o cosas del destino o consecuencias de una gran explosión que estemos en el lugar correcto, es que alguien nos puso aquí; alguien tuvo que haber creado para poder existir. Le pregunto a los grandes científicos que nos den una clara explicación sobre esa gran masa que estuvo sin explotar por miles de millones de años: ¿Qué era? ¿Qué tan grande era para crear lo que hoy conocemos? ¿De dónde vino y cómo fue creada y por quién? Porque alguien tuvo que haberla creado. No pudo solamente haber estado allí como una gran bola de roca, sin motivo y sin vida.

Hoy día la Iglesia nos enseña que ella va de la mano con la ciencia y que los descubrimientos que el hombre ha hecho, van reflejando los acontecimientos de los tiempos en los que vivimos y que ella (la ciencia) complementa lo que la Iglesia a dicho por siglos: “En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra”. Gen 1: 1-2. Allí está el “big bang” de la ciencia y, claro comprendemos hoy día que la tierra y el universo no fueron creados en 6 días, pero entendemos que fue diseñada y creada por ese ser Superior a quien nos cuesta entender porque no le podemos encontrar lógica a lo que no podemos ver.

Por supuesto que vamos evolucionando, de lo contrario qué sentido tendría la vida y lo seguiremos haciendo hasta el momento en el que termine nuestro existir, pues todo tiene su tiempo. Hoy debemos de regresar a nuestras raíces y no hablo de nuestras culturas o costumbres, más bien, hablo sobre del regreso a las bases de nuestros orígenes, que retornemos a nuestro Creador Inteligente y que en vez de quitarnos a Dios de nuestras vidas, lo hagamos parte de la misma evolución pues la vida sin fe no tiene sentido, porque ella es la que alimenta lo que llevamos por dentro, ella es lo que nos permite seguir adelante con nuestro diario vivir, soportándonos, en la que nos apoyamos en los momentos más difíciles en los cuales sentimos que nada se puede hacer. ¿Cuántos, que en los peores momentos de sus vidas, encuentran consuelo a través de una simple oración? ¿Cuánta gente, después de que la ciencia les dijo que su enfermedad era terminal y que no había nada que la medicina pudiera hacer, por una oración sus vidas se recuperaron?

Eso es lo que nos falta hoy. El hombre debe darse cuenta que la vida no tiene sentido, por más que le busquemos y por más que le queramos tapar el sol con el dedo, démonos cuenta que el sol es mucho más grande que nuestro dedo y que por todo el tiempo que le demos respuestas racionales a lo que no podemos entender, siempre viviremos de des armonía, con codicias, envidias y rencores porque simplemente la ciencia no nos da y nunca nos brindará lo que únicamente Dios nos puede brindar y eso es su bendito amor que puede vencer en cualquier momento, a tiempo y destiempo.

Es solamente por medio de su amor y la fe que profesamos en él, como verdaderamente nos encontraremos con respuestas lógicas a todo aquello que no le encontramos sentido. Inclusive la misma ciencia en su rama de Psicología, nos dice que muchas de nuestras enfermedades emocionales se deben a nuestras faltas de sanidad interior, que cuando no queremos perdonar o pedir perdón, nuestro sistema físico, empieza a deteriorarse hasta el momento en el que ya no se puede hacer nada y ni siquiera las pastillas antidepresivas que la ciencia ha creado en reemplazo de Dios, pueden dar solución a lo que nos aqueja, cuando lo que necesitamos es simplemente reconocer que si no amamos, nos perdemos en el abismo de la muerte física o/y espiritual.

Hasta que el hombre no descubra que todo proviene de un ser inteligente y creativo y que nos rindamos a él, es entonces como comprenderemos de dónde venimos y hacia dónde vamos. Lo chistoso de todo es que, todo aquello que parece ilógico, tiene mucha lógica en la creación inteligente de Dios, ya qué él es en nuestro pensamiento humano un ser sin coherencia y sin sentido especialmente para aquellos que buscan un sentido material a lo que es espiritual y si no lo veo entonces no existe.

Siento mucho deshacer sus teorías racionales, pues Dios existe en lo que vemos a nuestro alrededor, en los niños hambrientos, en los ancianos abandonados, en los presos, en los desamparados, en los perseguidos y discriminados y aun así nos atrevemos a decir que no existe. Para los científicos, eso es como darle validez a lo que vienen diciendo: “¿En dónde está su Dios cuando hay mucha miseria en el mundo? Que nos digan ellos cómo la ciencia les da de comer o vestir sin pedir nada a cambio, sin dejar que el rico se haga más rico a costillas de los pobres, o qué solo el rico es de Dios porque lo tiene todo. Es ahí en donde choca la ciencia con el diseño inteligente. Cuando su creación fue dada para que nosotros mismo en nuestra “evolución” fuéramos descubriendo que todos somos creados de la misma fuente y que por lo tanto debemos reconocer que debemos de buscarnos y apoyarnos unos a otros pues si de Dios venimos, entonces debemos de amarnos como él nos ama, con inteligencia y sabiduría, demostrando que si Dios nos dio inteligencia y libertad de pensamiento, entonces hay que poner la ciencia al servicio de los más necesitados.

Sí, dejémonos educar sobre los nuevos descubrimientos y los más profundos avances científicos, pero por el amor de Dios, dejemos que él nos acompañe y que juntos como nos dice la Iglesia alcancemos los más grandes avances para el bienestar de la humanidad, hasta su venida maravillosa.

René Alvarado

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El bautismo del Señor

En aquellos días Jesús vino de Nazaret, pueblo de Galilea, y se hizo bautizar por Juan en el río Jordán. Al momento de salir del agua, Jesús vio los Cielos abiertos: el Espíritu bajaba sobre él como lo hace la paloma, mientras se escuchaban estas palabras del Cielo: «Tú eres mi Hijo, el Amado, mi Elegido» Mc 1:8-11 Bauismo del Señor

Existe mucha controversia con respecto al verdadero bautismo. Que si hay que bautizar de niños o si el verdadero bautismo se debe de practicar cuando se es adulto, etc. La realidad del caso es que nos olvidamos del verdadero significado y valor del sacramento que nos lleva a manifestar el amor total y real del Padre hacia cada uno de sus hijos.

En el momento del bautismo nos convertimos en hijos adoptivos del Señor y eso nos permite de cierta manera vivir a plenitud de la gracia del Padre en nuestras vidas. No podemos decir que si me bautizo de grande entonces ya soy salvo ni tampoco podemos decir que si bautizamos a nuestros infantes, entonces automáticamente ya son parte del Reino.

Es ridículo tratar de analizar el bautismo desde un punto de vista religioso y sobre todo del punto de vista netamente humano. En el primero nos llenamos de tanto rito, que en muchas ocasiones termina en un acto más que religioso, en un acto totalmente social.

En el segundo, llevamos a cabo el bautismo, de acuerdo a cómo comprendemos la Biblia y muchas veces la entendemos desde el punto de vista de lo que nos conviene, saliéndonos realmente del verdadero significado del sacramento que estamos celebrando. Pongamos por ejemplo a algunas iglesias que son dirigidas por personas que entienden la Palabra de Dios de una manera que ni se acerca a la verdadera realidad de Dios, ni siquiera desde un punto de vista teológico. Hay quienes que bautizan solamente a los adultos, mientras otros solamente bautizan a los mismos adultos en el nombre de Jesús solamente, olvidándose del mandato del mismo Señor Jesucristo: “Id y bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” Mt 28:19

Volviendo al primer punto, nosotros los católicos bautizamos a nuestros hijos, porque creemos con todo el corazón que al momento de su bautismo, nuestros hijos son perdonados del pecado original. Sobre ello somos criticados, pues nos dicen que un niño no tiene sentido de lo bueno o lo malo que por lo tanto no pueden ser perdonados de ningún pecado. Puede que ese pensamiento convenza al incrédulo que solamente busca pretextos para no bautizar.

Debemos por lo tanto recordar una cosa bien importante, que somos nosotros los padres y padrinos quienes vamos a educar a nuestros hijos en el proceso que los llevará a su conversión total; claro, sabemos que el bautismo es importante, pero más importante es la educación que ellos recibirán de sus padres y padrinos, quienes al bautizar a sus hijos, adquieren una gran responsabilidad, actuando y trabajando sobre una vida mejor, dando a demostrar que ellos viven a plenitud su propio bautismo.

¿Del por qué se bautiza a nuestros niños? Es una pregunta lógica que no se debería de preguntar desde el punto de vista del niño, al contrario se debería de hacer a los padres que llevan a bautizar a sus hijos. En cierta ocasión, una pareja que no estaba casada por la Iglesia y ni siquiera por el civil, se acercó a la parroquia y preguntó cuando serían los próximos bautismos. En la rectoría le dijeron que se bautizaba cada fin de semana y que ellos deberían de tomar unas clases dos semanas antes del bautismo de su niño. ¿Por qué? Preguntaron los papas. Pues es necesario tomar las clases, para saber el significado del sacramento y además tienen que estar presentes los padrinos. La pareja se sintió ofendida y dijeron que en su pueblo, solo se acercaban al párroco y él los bautizaba sin tantos cuentos. Al final la pareja accedió a venir a las clases y por compromiso lo hicieron. Para eso prepararon todo lo que iba a ser la fiesta: piñata, birria, pollo, sopa de arroz, invitados y sobre todo cerveza, mucha cerveza pues no podía haber bautizo, sin celebración. Total que el día tan esperado llego. Tanto los padres como los padrinos asistieron al rito y como eran muchos los niños que serian bautizados en esa ocasión, la celebración duro varias horas. Los papas empezaron desesperarse y comenzaron a hablar mal del sacerdote que llevaba a cabo la ceremonia. Total al final salieron más rápido que un toro en pleno, en una justa taurina.

En el camino el niño se les durmió y al llegar a la casa, decidieron dejarlo en coche para no despertarlo y paso siguiente, se dieron a convivir con los invitados a la gran fiesta por el bautismo de su hijito.

Las horas pasaron, quebraron la piñata, comieron la birria, el arroz, el pollo y bebieron cerveza, mucha cerveza. Al final del día, alguien pregunto por el niño, y en ese momento recordaron que lo habían dejado en automóvil. Cuando llegaron, encontraron al niño muerto. Habían dejado las ventanas cerradas y entre cerveza y cerveza, se olvidaron de quien era el motivo de la celebración.

Desgraciadamente ese es el resultado del Sacramento de bautismo, que hemos convertido en “sacramento social”, olvidándonos que al bautizar a nuestros niños, les damos la bienvenida a ser parte integral de la Iglesia, como verdaderos hijos de Dios.

Recordemos que el dignificado más importante es el del perdón de nuestros pecados. San Juan Bautista predicaba como una voz en el desierto, haciendo un llamado a la conversión de nuestras almas, de nuestras actitudes y de nuestros pensamientos o maneras de comportarnos con respecto a los demás.

El bautismo es un sacramento que nos lleva a vivir una vida que es de agrado al Señor. No podemos decir tan siquiera: “Abbá papito”, si no comprendemos lo que el bautismo es para nuestras vidas. Es por ello que al bautizar a nuestros hijos, los entregamos al Señor como hijos suyos. Esto nos debe animar a cada uno de nosotros a ser mejores padres y mejores padrinos.

El llevarlos a bautizar no significa que la próxima ves que los llevemos, al templo, es cuando hay que cumplir con el segundo sacramento y luego con el tercero y luego si ellos quieren, con el cuarto

Al buscar padrinos, busquemos que sean realmente padrinos y no compadres. El padrino es que dedica su tiempo a sostener la vida espiritual de sus ahijados. El compadre solamente busca agradar a su compadre y en ciertos casos a su comadre, pues ésta “muy buenota” la comadre (espero me entiendan)

Recordemos que el bautismo es un sacramento primordial en nuestras vidas y debemos de llevarlo como el pináculo de nuestras vidas. Llevemos a nuestros hijos a bautizar, no por cumplimiento porque esa palabra esta formada de dos partes: una “cumplí” y la otra “miento” es decir que solamente cumplimos con el requisito y mentimos al decir que educaremos a nuestros bautizados en la responsabilidad de ser cristianos.

Mira el ejemplo de Jesús. Él se hizo bautizar no como cumplimento, sino como responsabilidad de Hijo de Dios. Eso lo llevo a vivir una vida de entrega al llevar el Evangelio que salva a la humanidad. Tanto así, que dio su vida por el compromiso que adquirió al ser bautizado.

Como bautizados tenemos la responsabilidad de llevar el Evangelio a la humanidad entera, recordando sus palabras que deben de resonar en lo más íntimo de nuestro corazón. “Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia” Mt. 28-20

Ahora mi pregunta para ti es la siguiente: “¿Cuál ha sido tu compromiso como bautizado? ¿Estas viviendo verdaderamente a plenitud tu bautismo? ¿Estas realmente educando a tus hijos en los caminos del Señor? ¿Eres padrino honesto o eres compadre que en ves de llevar a tu ahijado al Señor, lo guías a la perdición, con tus ejemplos?

Se bautiza a los niños por fe de sus padres y responsabilidad de sus padrinos. Si lo haces por rutina o porque hay que hacerlo y no porque se tiene fe y plena confianza del Creador, mejor no lo hagas, pues en ves de hacer un bien haces un mal. El bautismo se vive toda la vida y tú como padre o padrino, tienes la responsabilidad con tu ejemplo, de que eso sea así con tus bautizados.

Es ridículo pensar que llevo a mi hijo a ser bautizado, y yo ni siquiera estoy casado. Qué ejemplo estamos dando.

Un día le pregunte a un amigo, del porque no bautizaba a su hijo. A lo que me respondió: “Porque no tengo dinero para la fiesta” Que respuesta más tonta. Y eso es lo que nos evita a la mayoría de nosotros el bautizar a nuestros hijos. Pensamos más en la fiesta que en el sacramento. Lo mismo nos dice cuando no están casados y ese ejemplo les damos a nuestros hijos.

René Alvarado

Pan de Vida, Inc.

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